Temor libertario en el Senado: la oposición podría empujar hasta tres sesiones incómodas antes de las elecciones

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El pleno del Senado durante su última sesión, realizada el 10 de julio pasado (Maximiliano Luna)

Si ya juntan número con sus nuevos aliados, no hacés nada de política y las señales del Ejecutivo nunca son claras, un par de trompazos más no vamos a comer”, fue la frase que un jerarca oficialista senatorial deslizó a Infobae para pincelar, antes del muy beneficioso receso que se inventa siempre en el Congreso, el complejo panorama que le espera a la Casa Rosada, al menos, en la Cámara alta: el kirchnerismo y los otrora “dialoguistas” podrían impulsar hasta tres sesiones con leyes incómodas para el Ejecutivo antes de las elecciones de medio término, a realizarse octubre próximo.

La sentencia partió de uno de los principales despachos libertarios de la Cámara alta y coincide con las percepciones de muchos legisladores, funcionarios, asesores que adelantaron -con sobrada anticipación- las últimas piñas que recibió el Gobierno con jubilaciones, moratoria previsional, emergencia en discapacidad, fondos para gobernadores e incluso -y para nada menor- la insistencia del veto que Javier Milei aplicó para la ley de emergencia para Bahía Blanca sancionada por las Cámaras baja y alta.

“Allá les importa poco y nada la convivencia. Los enlaces entre el Congreso y el Ejecutivo son cada vez más débiles y mediocres. Además, desde la Rosada nos acusan injustamente y sin tantos argumentos válidos. El año pasado logramos ganar tiempo y bloquear algunos proyectos; hoy, ni siquiera tenemos eso. Y la culpa es, en gran parte, del Gobierno. Ahora no pueden controlar su propia interna y le toman el pelo a aliados que ayudaron bastante durante tu primer año de gestión, pero después culpan a los acá”, escuchó este medio en una de las principales oficinas libertarias.

En tanto, un legislador dialoguista reconoció: “El problema es, por cómo quedaron conformadas las comisiones, que algunas tienen una potencial mayoría entre kirchneristas y ex aliados del Gobierno con ganas de hacer daño. El ejemplo más claro ocurrió en la de Presupuesto y Hacienda, que tardó semanas y semanas en comenzar a tratar los textos que venían de Diputados -jubilaciones, moratoria previsional y emergencia en discapacidad- y, con la auto convocatoria de la misma luego validada en el recinto -el pleno es soberano-, ahora tiene una llave más fácil para dictaminar. Ya no necesitamos más plenarios, como en la Cámara baja”.

El legislador camporista Eduardo De Pedro tuvo cerrada la comisión de Educación de la Cámara alta, en 2024, hasta fines de agosto; el corriente año recién la conformó en mayo. Ahora, espera proyectos de la oposición en Diputados para un avance exprés

De cara a agosto y, a pesar de continuar pendiente un viejo pedido de sesión especial realizado a Villarruel por dialoguistas y aliados -temario muy cargado, aunque un puñado de proyectos despachados no cuenta con los votos suficientes para su aprobación-, el kirchnerismo pretende que Diputados le envíe rápido las iniciativas de fondos para universidades y sobre la situación del hospital pediátrico -líder en la Argentina- Garrahan. Aterrizarían más en la Cámara alta. Para lo referido a las casas de estudio espera la comisión de Educación, que comanda el camporista Eduardo De Pedro: en 2024, recién la activó a fines de agosto; el corriente año, durante la segunda quincena de mayo.

Mientras tanto, en el Senado coexiste un oficialismo que ya no habla casi nada con la vicepresidenta y titular del Cuerpo, Victoria Villarruel; un rival revitalizado por las tribus kirchnerista y justicialista, que hasta hace dos minutos se mostraban distanciados, junto a un pequeño combo de ex dialoguistas que sienten el momento de “a todo o nada” y prefieren una mayoría provisoria con el cristinismo -por caso, radicales como Martín Lousteau– y silvestres provinciales. Algunos de los últimos, más preocupados por cuestiones administrativas del Senado o por leyes personales de poca monta más que por la situación de sus distritos.

En otro despacho violeta prefieren mantener la calma y bajaron las acciones de las hipotéticas sesiones. “Falta todavía. Nunca es tarde para hablar y está la campaña electoral. Además, en el último encuentro no se vio a una oposición tan violenta. En particular, con Villarruel. ¡Hasta la elogiaron en un momento! Todo muy normal. Veremos cómo la tratan la próxima ocasión”, manifestó un libertario a Infobae, con cierto destello de bronca.

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