La rivalidad entre Red Bull y McLaren vivió un episodio de tensión durante el Gran Premio de Estados Unidos de Fórmula 1 en medio de la lucha por el título entre sus pilotos. En la previa a la largada de la carrera principal, un miembro del equipo de la bebida energizante intentó retirar una tira de cinta adhesiva utilizada por la escudería de Woking como referencia visual para que Lando Norris alineara su monoplaza en la parrilla.
El incidente, que derivó en una sanción económica para Red Bull, además puso de manifiesto la intensidad de la competencia entre los equipos en plena contienda entre los corredores de McLaren (Oscar Piastri sigue líder del Campeonato) y Max Verstappen y reavivó el debate sobre los límites de las estrategias en la élite del automovilismo.
El episodio se produjo en el Circuito de las Américas, en Austin, Texas, tras la vuelta de formación de la carrera. De acuerdo con el sitio especializado The Race y que luego replicó Motorsport, un integrante de Red Bull intentó acceder nuevamente a la parrilla, desoyendo las instrucciones de los oficiales de pista, con el objetivo de retirar una marca vertical de cinta adhesiva colocada en el muro de boxes. Esta marca servía como punto de referencia para que Norris pudiera posicionar su coche correctamente en la salida, una práctica que busca evitar errores como el que cometió en el Gran Premio de Bahréin a principios de temporada. La acción no fue captada por las cámaras de televisión, pero sí quedó registrada por las cámaras de seguridad del circuito.
La Federación Internacional del Automóvil (FIA) sancionó a la estructura que tiene al cuatro veces campeón del mundo de la F1 con una multa de 50 mil euros, de los cuales 25.000 quedaron en suspenso hasta el final del 2025. La infracción formal no se centró en la retirada de la cinta, sino en el hecho de que el miembro del equipo no acató las instrucciones de los oficiales, quienes intentaban cerrar la puerta de acceso a la parrilla tras el inicio de la vuelta de formación. El comunicado de los comisarios subrayó que cualquier persona afiliada a un equipo debe saber que ingresar a la pista o interferir con los procedimientos de seguridad después de despejar la parrilla está absolutamente prohibido, y que obstaculizar el cierre de las puertas antes del inicio de la carrera constituye un acto inseguro.
El uso de marcadores visuales como la cinta adhesiva es una práctica habitual en la Fórmula 1 y no está prohibida por el reglamento, según detallaron los medios que siguen la acción de la Máxima. Estas cintas, que suelen colocarse a la altura de la cabeza del piloto, ayudan a los conductores a posicionar sus monoplazas en la parrilla, especialmente en casos como el de Norris, cuya visibilidad desde el habitáculo es limitada. No existe ninguna norma que impida a los equipos colocar o retirar estos marcadores, por lo que la acción de Red Bull no fue considerada una infracción en sí misma. Sin embargo, la reincorporación a la parrilla tras la vuelta de formación sí vulneró los protocolos de seguridad.
Este tipo de maniobras no es nuevo en la Fórmula 1. Motorsport señaló que no es la primera vez que Red Bull intenta interferir con los marcadores de McLaren, lo que refleja una tradición de estrategias al límite en la categoría. The Race, a través del análisis del ex ingeniero de F1 Gary Anderson, describió la acción de la escudería austríaca como un ejemplo clásico de las tácticas que los equipos emplean para obtener cualquier ventaja posible. Anderson recuerda que este tipo de comportamientos, aunque a menudo se consideran parte del juego estratégico, pueden rozar o incluso cruzar la línea de lo aceptable, y que la “negación plausible” suele ser un recurso habitual cuando se detectan estas prácticas.
El propio Anderson aportó ejemplos históricos de situaciones similares, como el caso de Benetton en 1994, y enumera otras tácticas que, aunque no siempre sean sancionadas, pueden considerarse contrarias al espíritu del reglamento: bloquear parcialmente en pista, ralentizar la salida del pitlane, o influir en los comisarios a través de mensajes de radio. Según el experimentado ingeniero de 74 años, estas acciones forman parte de una cultura competitiva en la que los equipos exploran constantemente los límites del reglamento para sacar provecho.
Las reacciones tras el incidente no se hicieron esperar. Laurent Mekies, director del equipo Red Bull, defendió la actuación de su personal: “Respetamos plenamente a los comisarios… fuimos citados porque se consideró que, en algún momento del procedimiento de parrilla, uno de los nuestros no había seguido las instrucciones de un oficial… fuimos a ver el video con la FIA… no sentimos que hayamos ignorado ninguna instrucción”. El ex director de Racing Bulls, que tomó el lugar de Christian Horner tras su despido del equipo, sugirió que pudo haber un malentendido y aseguró que el equipo abordará el asunto para evitar situaciones similares en el futuro.
Por su parte, Anderson expresó escepticismo ante la explicación de Red Bull y subrayó que “las artimañas con cinta adhesiva de Red Bull son el clásico juego sucio de la F1… este tipo de juego sucio siempre ha existido”. El analista también cuestionó la efectividad de la sanción económica, argumentando que “multar a un equipo con 50.000 euros no impedirá que hagan nada, especialmente a Red Bull. Los puntos son la única moneda que importa, así que si es un problema del equipo, quítales puntos del campeonato de constructores y si es del piloto, quítales puntos del campeonato de pilotos. Eso sí llamaría la atención de todos”.
En cuanto a posibles soluciones, el medio británico que sigue la actividad del mundo motor plantea la opción de introducir tecnología que ayude a los pilotos a posicionar sus coches en la parrilla, como sensores que indiquen la posición correcta mediante una señal en el tablero. Además, se sugiere establecer una velocidad mínima en el carril rápido del pitlane para evitar que los pilotos se detengan por completo y generen situaciones de riesgo o ventaja estratégica. Estas propuestas buscan reducir la incidencia de incidentes menores que, aunque no siempre sean peligrosos, pueden influir en el desarrollo de la carrera y en la lucha por el campeonato.
En un entorno donde la presión por ganar es máxima y cada detalle cuenta, la “guerra de las cintas” entre Red Bull y McLaren demuestra que la búsqueda de ventajas, por pequeñas que sean, sigue siendo un factor decisivo en la F1.