“Intentaron doparme, inyectándome cosas sin sentido. Me encontré situaciones muy locas en el Fenerbahce, que inevitablemente me afectaron”. Con estas palabras, Allan Saint-Maximin rompió el silencio sobre su paso por el Fenerbahce, desatando una tormenta en el fútbol turco y provocando una reacción inmediata del club. El delantero francés, cedido la pasada temporada por el Al-Ahli Saudí, relató en una entrevista reciente los episodios que marcaron su estancia en el equipo dirigido por Jose Mourinho.
La controversia estalló tras la aparición de Saint-Maximin en el canal de YouTube del francés Zack Nani, donde repasó su trayectoria profesional y se detuvo en su experiencia en Turquía. El futbolista, tras elogiar a la afición, denunció la existencia de conspiraciones, amenazas y una profunda falta de empatía por parte de la entidad. “Pasaron muchas cosas. Podría escribir un libro sobre ello, porque tengo la impresión”, destacó el ex Newcastle United de la Premier League.
Aunque la polémica principal se centró en su afirmación con que lo habían dopado con una inyección. “Intentas no decir cosas porque también te amenazan, te dicen claramente que si hablas, te haremos esto o te haremos lo otro. Te enfrentas a ciertas cosas que van más allá del fútbol. Te enteras de que las personas implicadas también tenían opiniones e instrucciones. Piensas: ¿De verdad lo ha hecho a propósito? ¿Es esto normal? Te intentan inyectar cosas que no tienen sentido, te encuentras en situaciones locas. He pasado por cosas locas», aseguró.
La reacción del club no se hizo esperar. La directiva del Fenerbahce expresó su asombro ante las declaraciones del futbolista y anunció, a través de un comunicado oficial publicado en X (antes Twitter), que emprenderá acciones legales. En el texto, la institución manifestó: “Seguimos con asombro las declaraciones de Allan Saint-Maximin. El hecho de que un deportista haya distorsionado los hechos respecto al proceso de tratamiento al que se sometió tras un problema de salud que experimentó es un intento de dañar la reputación de nuestro club. Como Club Deportivo Fenerbahçe, nos gustaría informar al público que utilizaremos todos nuestros derechos legales contra el engaño al público y las declaraciones distorsionadas con respecto a nuestra reputación corporativa”.
Por su parte, después del revuelo que generó en redes sociales, el francés de 28 años posteó un mensaje al respecto: “Veo que las cosas van por todas partes en Twitter, así que voy a aclarar lo que dije. Me refería a esta gente del club que está dispuesta a todo. En mi caso, cuando estuve enfermo, prácticamente me dieron un tratamiento que se considera un producto dopante. No sé por qué este equipo médico hizo eso”.
Además, según su testimonio, el club ignoró diferentes situaciones de su vida personal que lo estaban afectando, incluido el complicado estado de salud en el que estaba su papá: “No les importaba que mi padre estuviera en el hospital muriéndose. Lo único que importa es el partido importante que tenemos. ¿Pero dónde está el lado humano? En el momento en el que estoy más bajo, protégeme, ¿no?”.
A esto, agregó: “Y estas son cosas que la gente no sabe. Estas son cosas que obviamente me han afectado mucho. Y como lo que estoy diciendo, todas estas cosas extradeportivas, todas estas cosas que han pasado fuera, que también han afectado a mi familia, claramente son cosas que no son saludables. Así no se puede jugar en buenas condiciones”.
El atacante reconoció que, tras un inicio de temporada destacado, su rendimiento decayó de forma notable. El propio Mourinho llegó a señalarlo públicamente por su falta de compromiso en los entrenamientos: “Puede editar fotos si quiere… no ha entrenado cuatro días seguidos en los últimos tres meses”.
Saint-Maximin atribuyó esa caída a la inestabilidad personal vivida en el club, hasta el punto de que se vio obligado a mantener una conversación directa con el técnico portugués para aclarar la situación: “Hablé con Mourinho, que es un entrenador excepcional y le tengo mucho respeto. Me ayudó en mi progreso, pero lamentablemente no logramos los objetivos. Pero a él también le pusieron muchos palos en las ruedas”. El jugador definió su paso por el Fenerbahce como “una guerra tóxica”.