El peronismo afronta días clave para resolver la unidad: tensas reuniones el fin de semana y una tregua para negociar

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El peronismo avanza en las negociaciones para lograr un acuerdo de unidad y competir juntos en las elecciones legislativas

Los próximos siete días serán trascendentes para el peronismo. Llegó la hora de empezar a definir qué van a hacer las distintas facciones. Si van a ir unidos o separados, quién va a tener la lapicera para armar las listas, quiénes estarán presentes en la mesa de negociación, cómo se va a plantear la estrategia electoral, cuál será la comunicación de campaña.

Cristina Kirchner, Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner necesitan empezar a acumular definiciones. En once días se vencerá el plazo para presentar las alianzas. Diez días después se tendrán que presentar las listas de candidatos para la elección bonaerense. Se acabó el margen para las especulaciones.

El clima para negociar un acuerdo de unidad no es el mejor. Más bien todo lo contrario. En La Cámpora no terminan de aceptar el rol protagónico de Kicillof en la mesa de Unión por la Patria (UP), ni su futuro como líder de un espacio que necesita, si o si, dar comienzo a una nueva etapa que genere expectativa. La relación de Máximo Kirchner con el Gobernador es pésima. Y eso no ayuda.

Sergio Massa hace equibrio e intenta jugar el rol de articulador. Habla con las dos partes y pide bajar los niveles de confrontación para cerrar un acuerdo. En La Plata lo ven decidamente jugando en tándem con el cristinismo y advierten que necesita cerrar un acuerdo porque, ante una eventual fractura del peronismo bonaerense, muchos de los intendentes del Frente Renovador saltarán al Movimiento Derecho al Futuro (MDF).

Axel Kicillo espera que durante el fin de semana se concreten las reuniones políticas para avanzar en la estrategia y el armado electoral

Axel Kicillof no se mueve una línea de lo que arregló con CFK la última vez que se sentaron a hablar del proceso electoral. Eso fue 22 días atrás. En el medio quedó la condena judicial, la detención de la ex presidenta, la marcha a Plaza de Mayo y los cortocircuitos entre las distintas tribus del peronismo, una vez que se retomaron las negociaciones electorales.

El Gobernador lleva varios días hablando con el intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín, para intentar conformar una mesa de diálogo. Es el interlocutor validado del otro lado del mostrador. Lo más extraño es la demora en lograr un acuerdo para que todas las partes se sienten. En una semana entera no se reunieron.

En el kicillofismo vinculan esa demora al accionar de Máximo Kirchner. Creen que está pateando todas las definiciones para adelante con el único objetivo de llevar al Gobernador al límite de la ruptura. “Hace una semana que Axel está dispuesto a sentarse a negociar. Que vengan a La Plata o vamos a donde sea. Pero hay que sentarse”, explicó un funcionario bonaerense que tiene diálogo permanente con el mandatario.

En el cristinismo creen que es a la inversa. Y que Kicillof está exigiendo una centralidad que no tiene. “Si él quiere la conducción y la centralidad, esto se va a terminar rompiendo. Debería estar conforme con haber logrado aumentar su volumen político con todo el ruido que hizo”, sostuvo un importante dirigente del ultra cristinismo.

Máximo Kirchner encabezará la semana que viene el congreso del PJ Bonaerense (REUTERS/Matias Baglietto)

En las últimas horas hubo varios contactos que bajaron la espuma y que abrieron el camino a una negociación más formal. Un avance que está encadenado a la primera reunión que se logró hacer ayer en el PJ Nacional, donde estuvieron presentes los representantes de los partidos políticos y algunos dirigentes kirchneristas que integran el consejo nacional del partido.

Fue una señal positiva y de distensión, luego de varios días de guerra fría. Quienes conocen cómo se negocian los procesos electorales aseguran que la tensión permanecerá flotando hasta última hora del 19 de julio, cuando se cierren las listas. Día a día, hora a hora. No hay sentencias firmes.

En ese encuentro hubo acuerdo para que “Cristina libre” sea el eje de la campaña y que haya una confrontación bien marcada con el gobierno de Milei. Hay dirigentes del peronismo bonaerense que aceptaron asombrados la temática central. “Nos vamos a comer una paliza. Estamos cada vez más alejados de la gente”, explicó un funcionario.

Un intendente del conurbano se expresó también en esa línea. “Si ese es el único eje, nos va ir peor de lo que creemos”, aseguró. Hay una distancia entre los problemas de la gente, los más básicos y mundanos, y la línea política de la campaña. El peronismo debatirá en los próximos días cómo ordenar la campaña, la comunicación, la estrategia en el territorio y las listas.

Durante el fin de semana habrá varias reuniones para acercar posiciones entre todos los sectores y avanzar en la definición de las listas conjuntas. Las negociaciones y las discusiones son día a día. Es un sube y baja de emociones y sensaciones permanente. Lo que hoy es seguro mañana es incierto.

En la reunión de ayer el peronismo bonaerense acordó que el eje de la campaña sea el pedido de libertad a CFK

Después de que se concretara la reunión de ayer en Matheu 130 parece haber un mejor clima para avanzar en el acuerdo de unidad. Pero lo que vaya sucediendo en cada uno de los encuentros será importante para proyectar el nivel de acuerdo que hay en cada instancia de negociación.

Todos quieren avanzar pero todos ponen condiciones. No parece nada extraño para lo que implica una negociación política. El gran problema es que cada movimiento está atravesado por la interna. Por los recelos del pasado reciente y las especulaciones sobre lo que el bando contrario hace.

El peronismo empezó a negociar la unidad para el proceso electoral. La moneda ya está en el aire. Tardará veintidos días en tocar el suelo y que una de las caras defina el rumbo de la fuerza política a la luz del sol. Hasta en ese momento los acuerdos serán lo suficientemente endebles para desconfiar y la defensa de los intereses será clave para saber hasta dónde está dispuesto cada sector a ceder por un acuerdo común. Porque ceder a veces es ganar y otras tantas veces es perder.

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