La llegada de Xabi Alonso al banquillo del Real Madrid ha marcado una transformación radical en la dinámica interna del club blanco, tanto en los entrenamientos como en la gestión del vestuario. De acuerdo con el análisis publicado por el periodista Mario Cortegana en The Athletic, titulado “La revolución de Xabi Alonso en el Real Madrid ha provocado una temprana ruptura con las grandes estrellas”, la implantación de un modelo exigente y disciplinado ha generado tensiones significativas dentro del plantel, a la vez que comienza a mostrar resultados en las competiciones locales e internacionales.
Según relató el medio en cuestión, la reciente victoria del Real Madrid frente al Barcelona por 2-1 no solo significó un paso clave para la campaña liguera, sino también un respiro para Alonso y su cuerpo técnico en medio de fuertes presiones internas. Los antecedentes pesaban, ya que la derrota por 5-2 ante el Atlético de Madrid había suscitado una oleada de críticas y la sensación de que un nuevo traspié podría desestabilizar por completo la convivencia en el vestuario.
La publicación remarcó que la tensión no se limita a los malos resultados. El cambio de ciclo iniciado en junio con la salida de Carlo Ancelotti implicó la ruptura con numerosas rutinas establecidas: “Muchos malos hábitos” se habían asentado en la dinámica diaria, de acuerdo con fuentes cercanas al cuerpo técnico de Alonso citadas por el medio británico. “Se encontró con un vestuario acostumbrado a prácticas que, en su opinión, no eran las mejores para un equipo de fútbol, tras cuatro años bajo la dirección de Carlo Ancelotti“, resumió el periodista.
El nuevo entrenador decidió imponer desde el primer día la premisa de que todos deberán correr y trabajar más sin balón, sin puestos asegurados para ninguno. “Habló con los jugadores veteranos, incluidos los capitanes, para establecer un nuevo reglamento que regiría el vestuario. Una vez acordados los aspectos principales, se comunicaron a todo el equipo”, explicó el cronista sobre el proceso.
De esta manera, las primeras modificaciones se centraron en una mayor disciplina: sesiones de trabajos físicos extensas y un uso intensivo del análisis en vídeo, tanto grupal como individual. Según relató una fuente involucrada en el día a día de la ciudad deportiva, “Xabi ha intentado garantizar más disciplina y orden en el día a día, con control de horarios, más trabajo en el gimnasio a nivel preventivo y sesiones de vídeo grupales e individuales”. En resumen, el nuevo método interno exige “puntualidad”, “intensidad” y “dedicación”.
No todos los jugadores han acogido igual los nuevos métodos. Cortegana señaló, citando múltiples fuentes anónimas, que emerge un claro sentimiento de frustración, especialmente entre los futbolistas más veteranos. La sensación de libertad perdida sobre el campo y el incremento de la presión competitiva generaron “quejas”, en palabras de una fuente consultada por The Athletic: “Algunos han conseguido tanto sin hacer estas cosas que, cuando se les han impuesto, se han quejado. No es ningún secreto, algunos casos se han hecho públicos. Es normal, sobre todo con aquellos que eran intocables”. Quejas que, según el medio, se han manifestado de manera pública en algunos casos.
Este nuevo enfoque puertas adentro no fue “bien recibido” por todos e incluso “reina un sentimiento de frustración” ya que muchos de los experimentados del plantel se sienten “irrespetados e insatisfechos”, e incluso muchos jugadores dejaron entrever que tienen “poca libertad” para exponer sus habilidades en el campo de juego contrastando el estilo “exigente y rígido” del nuevo DT en comparativa con Ancelotti.
Los cambios en la gestión del vestuario trascienden lo táctico. El informe expuso que varios jugadores perciben a Alonso como un líder “distante e inaccesible”, una sensación que contrasta con un perfil de Ancelotti que era “muy popular entre el grupo”. “Se cree Pep Guardiola, pero por ahora solo es Xabi”, afirmó una persona cercana a uno de los veteranos del equipo ante el medio.
Otra transformación relevante ha sido la restricción del acceso a las sesiones de entrenamiento y a los espacios internos del club. Ahora solo permanece el personal estrictamente necesario, con el objetivo de aumentar concentración y privacidad. Esta búsqueda de confidencialidad también ha afectado la habitual filtración de las alineaciones: desde la llegada de Alonso se ha conseguido cortar el flujo de información previa a los partidos, un cambio que The Athletic calificó como significativo en la cultura reciente del Real Madrid.
Alonso también cortó el acceso al vestuario de auxiliares y personas del entorno de los deportistas para “fomentar una mayor privacidad y concentración”. El cronista afirmó que la restricción se da sobre “ciertas áreas del campo de entrenamiento” ya que antes era habitual que “familiares, agentes e incluso amigos” fueran testigos de distintas escenas de la cotidianeidad del plantel. “Alonso y su equipo han pedido confidencialidad. Que el vestuario sea un lugar seguro donde no se filtre nada a los medios”, aclaró.
En el plano deportivo, Cortegana destacó que el cuerpo técnico del Real Madrid solicita paciencia a la directiva y al entorno, subrayando que están inmersos en un proceso de transformación que aún debe consolidarse. De momento, la apuesta por una mayor rotación y una fuerte presencia de jóvenes talentos como Dean Huijsen, Álvaro Carreras y Franco Mastantuono, junto con la consolidación de Arda Güler y el excelente estado de forma de Kylian Mbappé, constituyen argumentos que refuerzan la posición de Alonso tras el Clásico.
El periodista de The Athletic, en sus intervenciones en redes sociales, sintetizó los elementos clave de esta gestión que intenta construir Alonso: “Nuevos métodos y hábitos. Cuerpo técnico muy valorado. Ambiente en el búnker. Comparación con Guardiola. Algunos jugadores descontentos”.
En este contexto de alta competitividad y expectativas permanentes, la directiva del club mantiene un monitoreo constante sobre el clima del vestuario, que puede verse revolucionado nuevamente, producto del último episodio que protagonizó Vinicius Jr., tras ser sustituido a los 70 minutos del Clásico ante Barcelona.
El respaldo institucional a Alonso se justifica por su liderazgo y por el respeto ganado en su etapa como futbolista del club y sus logros recientes con el Bayer Leverkusen como entrenador, aunque la presión para mantener el control del grupo y sostener los resultados deportivos persiste a semanas del cierre de la primera mitad de la temporada.
Los resultados, al fin y al cabo, serán los que respalden o no el ciclo de Xabi. Y él lo sabe: “Si los resultados y el rendimiento siguen mejorando, la impresión que tenemos de Alonso como entrenador del Madrid sugiere que le importará poco si hay momentos de desarmonía dentro del grupo durante el proceso”.



