“El equipo es un caos” y “ataque selectivo”: la reacción de los empleados de Red Bull tras el despido de Horner

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Los empleados de la fábrica de Red Bull hablaron tras la salida de Christian Horner

El despido de Christian Horner como el jefe de equipo de Red Bull Racing en la Fórmula 1 provocó desazón y desconcierto entre los empleados de la escudería con sede en Milton Keynes. Su salida, comunicado en estricta reserva y ejecutado de manera repentina tras el Gran Premio de Gran Bretaña, tomó por sorpresa tanto al británico como a la mayoría de los empleados de la fábrica.

La decisión, comunicada por el asesor austríaco Helmut Marko y el responsable deportivo de la empresa Oliver Mintzlaff, se concretó en una reunión privada en un hotel de Londres. Horner, de 51 años, fue convocado bajo la premisa de participar en un encuentro rutinario, pero una vez allí recibió la notificación de su despido, un hecho que lo dejó sin respuestas y fuera de la estructura que condujo al éxito en la máxima categoría del automovilismo.

Entre los empleados, el desconcierto marcó los días siguientes a la salida de Horner. Según un relevamiento que hizo el diario británico The Sun, una trabajadora relató cómo se vivió la llegada del nuevo jefe: “Fue sólo un día después de que Christian fuera despedido y gran parte del equipo todavía estaba molesto cuando el Sr. Marko se dirigió a nosotros. Pero se limitó a bromear y decirnos que nos animáramos: ‘Tiene que sonreír más’, nos dijo”. Varios integrantes del grupo reconocieron que las palabras del austríaco no contribuyeron a calmar el ambiente, y que el clima laboral se resintió.

El reemplazo inmediato de Horner como director del equipo que ganó los últimos cuatro títulos de pilotos de la mano de Max Verstappen fue Laurent Mekies, aunque la dirección efectiva quedó en manos de Marko y Mintzlaff. Su primer discurso ante el personal resultó, según testimonios internos, “un accidente de coche”. Mintzlaff fue más allá y bromeó sobre el despido de otros altos cargos, como Oliver Hughes (director de marketing) y Paul Smith (director de comunicaciones).

“Mintzlaff también dijo: ‘Si tienen algún problema, envíen un mensaje de texto a su jefe. Ah, y si ya no tienen jefe, envíenme un mensaje a mí’, y se echó a reír”, contó otro empleado sobre el tono que predominaron en las primeras reuniones. Hughes y Smith también fueron apartados sin anticipación, al igual que Horner, pero escoltados fuera de las instalaciones y privados de sus dispositivos laborales, lo que dejó a cientos de trabajadores sin directivos de referencia.

Helmut Marko fue clave en la salida de Horner de Red Bull (REUTERS/Jakub Porzycki)

Los empleados, mayoritariamente británicos y leales al ahora ex jefe, manifestaron su estupor y malestar ante el nuevo escenario. Tanto en declaraciones públicas como en conversaciones privadas, describieron un ambiente de incertidumbre y desorganización. “Fue un ataque selectivo para hacerse con el control del equipo de carreras, porque a la sede austriaca de Red Bull no le gustaba que un británico dirigiera su equipo”, afirmó uno de los allegados al ex directivo. “Pero ahora el equipo es un caos”, agregó la fuente a la que accedió el periódico británico.

Amigos cercanos a la familia Horner contaron que el propio Christian se sintió “herido y traicionado”, ya que ningún directivo antes le había anticipado la posibilidad de este desenlace. “Christian fue absuelto dos veces por el escándalo de los mensajes de texto, pero ahora está de baja y todavía no se le ha dado ninguna explicación de por qué ha perdido el trabajo que amaba”, agregaron.

Hay que recordar que la desvinculación se produjo luego de una acumulación de conflictos internos que tuvo a Horner como el apuntado: tensiones con los que muchos llamaron como el clan Verstappen (Jos, padre del piloto, el propio Marko y el neerlandés), la investigación interna por “conducta inapropiada” de la que fue absuelto, el aumento de su poder dentro de la organización y el deterioro de su relación con los propietarios luego del paso de los años.

Justamente, el proceso de desvinculación se llevó a cabo tras semanas de reuniones entre los accionistas principales de Red Bull. En una videollamada previa entre Mintzlaff, Chalerm Yoovidhya, Mark Mateschitz y Helmut Marko, se dio luz verde a la salida de Horner. La recomposición accionaria tras la transferencia del 2% que poseía Yoovidhya a una sociedad suiza alteró el equilibrio de poder dentro de la empresa y eliminó la protección que el británico encontraba en la familia tailandesa fundadora.

Actualmente, el ex jefe de Red Bull transita por el llamado “gardening leave”: se mantiene desvinculado de su rol operativamente, pero sigue cobrando su salario y permanece sujeto a cláusulas de no competencia y confidencialidad. Según Sky Sports, la cadena que tiene los derechos de TV en el Reino Unido, un eventual regreso a la Fórmula 1 no se daría antes de enero de 2026. La indemnización por incumplimiento de contrato podría superar los 50 millones de euros, mientras se especula con el interés de equipos como Alpine o Ferrari para sumarlo en un futuro.

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