El dilema de Milei: abrió canales para negociar los vetos, pero la oposición exige concesiones electorales

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Javier Milei durante su discurso de apertura de sesiones ordinarias (AFP)

Hay hombres importantes del Gobierno que en privado dicen evidenciar cierto desgaste. La luna de miel del primer año, donde el oficialismo gozó de facilidad mayor para imponer la agenda pública (ya sea en el Ejecutivo como en el Congreso) se contrasta con lo que está sucediendo en estos meses previos a las elecciones. “Estamos aguantando como podemos colgándonos del travesaño”, expresó uno de ellos días atrás.

Son tres meses los que quedan para las elecciones nacionales. El presidente Javier Milei tiene la hipótesis de que las fricciones que presentó la oposición en el último tiempo terminarán por diluirse cuando La Libertad Avanza triunfe a nivel nacional, algo que el oficialismo considera bastante factible, según sus sondeos. Sin embargo, cerca del mandatario reconocen que estos meses serán particularmente intensos.

Las elecciones nacionales determinarán qué Congreso tendrá Milei para el último tramo de su mandato, donde precisará pasar a sus reformas de segunda generación, como la laboral y la tributaria; las cuales tienen como finalidad la generación de incentivos para generar empleo privado y bajar la tasa de informalidad, una cuestión que impacta de lleno en el ámbito previsional. El sistema jubilatorio está quebrado. En el Gobierno indican que la reforma sobre este punto no va a llegar a hacerse hasta la eventual segunda presidencia de Milei. “Si ganamos, el 11 de diciembre de 2027 la estamos presentando”, confía una fuente inobjetable.

Mientras tanto, chirolas. El Presidente vetará los incrementos previsionales que sancionó el Congreso, los cuales significan $ 22.000 de aumento para los jubilados de la mínima y $ 40.000 en el bono. Esta masa de dinero es lo suficiente importante para que en el Gobierno indiquen que “pone en peligro el déficit cero”, la principal ancla de expectativas que tiene el programa económico ante los mercados, porque la monetaria comienza a tener sus primeras dudas en informes financieros muy leídos en la City.

El Presidente abrió canales de diálogo con la oposición (AP)

Por eso la consideración que tiene en el Gobierno la sostenibilidad del equilibrio fiscal. Y es que en los últimos días varios sectores del mismo comenzaron a llamar a ciertos actores de la oposición dialoguista para comenzar a sondear su posicionamiento para los tres vetos que Milei ejecutará en dos semanas.

La Libertad Avanza 39 bancas en Diputados y, según el escenario, precisa entre 75 y 86 votos que respalden el veto. El escenario -dicen varios actores de ese recinto a Infobae– está muy fino, pero diferentes despachos de la Casa Rosada activaron conversaciones con sectores de la oposición dialoguista para comenzar a negociar los votos.

Es prácticamente un hecho que el veto a la moratoria previsional va a terminar validándose, porque al conseguir la media sanción la iniciativa había tenido 100 votos negativos. No pasa lo mismo en las otras dos: Jubilaciones y Emergencia en Discapacidad. La primera tuvo 71 votos negativos y la segunda solo 67.

La negociación adquiere una complejidad tan particular por dos cuestiones centrales: por un lado, son asuntos de particular sensibilidad social y que un eventual pronunciamiento es visto como un costo altísimo para varios de estos diputados, por lo que hay muchos que no están dispuestos a colaborar con un oficialismo con el que generalmente no tienen diálogo. Es por eso que, por otro lado, hay varios que podrían llegar a pensarlo, pero tiene que haber una recompensa interesante a cambio.

Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados (REUTERS)

“Esto nunca lo vamos a decir en público. Pero esto está inevitablemente atravesada por la coyuntura electoral. Va a estar muy impregnado por el desenlace en los distritos. Mala suerte para el Gobierno si es que no se pone a negociar”, se sinceraba una eminencia de la oposición dialoguista. El 7 de agosto es el plazo final para negociar alianzas, y el 17 las candidaturas.

Un estratega de la Casa Rosada reflexionaba sobre el panorama de los vetos días atrás y afirmaba: “Nosotros podemos rascar votos de tres lugares. Los diputados del PRO que responden a Mauricio [Macri], porque los que están con [Cristian] Ritondo ya son nuestros; la Unión Cívica Radical y los gobernadores aliados. No hay otros lugares”. Si esa persona tuviera que hacer una apuesta, creería que tiene más chances con los últimos dos que con los primeros.

Del diálogo con diferentes referentes opositores se desprende que el Gobierno ya abrió algunos canales informales para comenzar a entablar un diálogo. No lo hace solamente uno de los espacios negociadores de la Casa Rosada, sino varios.

El PRO está dividido en tres grandes grupos: quienes responden a Patricia Bullrich (que, en rigor, ya son de LLA), los que siguen la decisión de Ritondo (también cercanos a los libertarios) y los que mantienen su independencia de las posturas del Gobierno. En ese último segmento se encuadra, por ejemplo, los nueve que en la votación por jubilaciones del mes pasado se abstuvieron.

“Muchos interpretaron de que Mauricio nos dijo que lo hiciéramos. Pero fuimos nosotros quienes se lo comunicamos, y no le pareció mal”, cuentan en una de estas bancas. Inevitablemente, fue un mensaje que cayó como una bomba en el Gobierno: cada voto cuenta, y nueve votos aún más. Desde este sector no adelantan posicionamiento, pero esgrimen que de no mediar un cambio de postura de los libertarios, como un veto parcial, la decisión será abstenerse.

Javier Milei, Karina Milei y Santiago Caputo

Hay quienes también miran en clave electoral. Personas que han hablado con Mauricio y Jorge Macri afirman que ambos no se oponen a una alianza con La Libertad Avanza en la Ciudad. Incluso, hay quienes dicen que la propician.

En el sector de Karina Milei no quieren saber nada con eso, pero entre los alfiles de Santiago Caputo no es visto con malos ojos, aunque hacen dos pedidos: “Nuestro límite son Silvia Lospennato o María Eugenia Vidal, y en la eventual campaña no puede aparecer Jorge”. ¿Es verdad que después de muchas semanas hubo una llamada reciente entre el asesor presidencial y el expresidente? Uno de los dos sectores lo admite, aunque indica que fue por cuestiones por fuera de lo electoral.

De cualquier manera, son condiciones difíciles de digerir. Lospennato ya fue electa legisladora en mayo, pero no asumirá ni prevé volver a ser candidata. Vidal quiere postularse, pero solo si el PRO no se presenta junto a los libertarios.

Silvia Lospennato (Jaime Olivos)

“Nosotros sabemos que el 15% que nos votó en mayo nos acompaña a muerte. Parte de ese electorado lo tiene Larreta, por lo que somos más. El Gobierno corre riesgo al presentarse porque no puede bajar de los 30 puntos”, indican figuras del PRO porteño. Aun así, saben que Bullrich -la segura candidata a senadora libertaria- es un recurso fuerte que tiene Milei.

En Casa Rosada responden que realmente no las negociaciones no están en agenda todavía, aunque las operaciones están en el menú del día: una de las que salió en los medios en las últimas semanas una eventual candidatura de Guillermo Francos. Aunque muchos miran con lujuria su puesto, en todos los despachos consultados por Infobae niegan que vaya a suceder. “Él es, ante todo, un imprescindible de Milei y de la interlocución del Gobierno”. Otros miran quiénes pueden reemplazar eventuales postulaciones de los responsables de Defensa y Seguridad.

“Kari [Milei] está enfocada en el cierre de listas en la Provincia. Faltan dos meses. Realmente ni está en carpeta quienes van a ser. Eso sí, puede pasar cualquier cosa. Miralo a Adorni, que su candidatura se desembocó 48 horas antes del cierre de listas”, indican cerca de la hermana presidencial.

La misma cuestión de las candidaturas deberá ser charlada con la UCR en el caso de que se quieran negociar votos. Nueve de estos diputados se abstuvieron en el incremento jubilatorio; y prácticamente todo ese espacio votó a favor de la emergencia en Discapacidad. “Nosotros pensábamos que la votación del Senado no iba a suceder. Ahora lo de los vetos se empalma con la sesión por universidades, pediatría, el Garrahan y los proyectos de los gobernadores. Se juntó todo y eso un poco nos preocupa”, afirmó uno de ellos.

Rodrigo De Loredo (Jaime Olivos)

El bloque que preside Rodrigo de Loredo cree que lo mejor para el Gobierno sería -para el caso del proyecto jubilatorio- que el Presidente haga un veto parcial.

Esto no sería visto con malos ojos por muchos gobernadores ni por el PRO, pero quienes hablan por Milei no vacilan: “No hay vetos parciales. Javier considera que eso sería ceder ante quienes tiene por objetivo romper la economía y romper a la gente”.

De igual manera, el radicalismo no va a adelantar su voto. Aunque esto tiene como propósito ver si puede haber alguna coordinación con los libertarios para negociar lugares en las listas en Córdoba, Entre Ríos, Santa Cruz y Tucumán. “¿Para qué votarían con el oficialismo en algo que no están de acuerdo para que después, por ejemplo, al diputado [Roberto] Sánchez le compita Lisandro Catalán [vicejefe de Gabinete del Interior] en Tucumán?”, afirma alguien que conoce el paño.

Son esas cuestiones que ponen en vilo a los negociadores libertarios, que tienen que unificar las prioridades y la estrategia para después no dar señales difusas a los aliados. Es algo que se vienen quejando legisladores nacionales y gobernadores por igual.

Tanto el sector vinculado a Santiago Caputo como al de Martín y Lule Menem consideran que lo importante es garantizarse la “voluntad transitoria” del voto. Es decir, que quienes se elijan por las listas libertarias voten lo que quiera el Poder Ejecutivo.

Lo que mira cada vez más el caputismo es que, dada la tensión política con la oposición, a partir del 11 de diciembre hay que hacer nuevos acuerdos, porque la correlación de fuerzas en ambas cámaras mejorará para los libertarios, pero seguirá siendo insuficiente para poder materializar las reformas laboral y tributaria. A diferencia de los Menem, en los despachos asesores están dispuestos a relegar más puestos (o desplegar menos el aparato partidario de LLA) en pos de adelantarse adhesiones para el año próximo.

Por ahora no parecen haber grandes visos de acuerdos entre ambos sectores. Y quien queda en el medio es el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien está pensando cada vez más en una convocatoria en Casa Rosada para un grupo de gobernadores, aunque desde este último grupo permanecen incrédulos.

Sin embargo, este jueves se dio un ligero puntapié al mostrarse juntos en un cóctel organizado por La Rural, en la que estuvieron entre ellos varios de los más aliados al Gobierno. Los Menem, que están a cargo de la vía de negociación electoral, están en favor de acordar con el mendocino Alfredo Cornejo, el puntano Claudio Poggi, el chaqueño Leandro Zdero y el entrerriano Rogelio Frigerio. Los cuatro están en desacuerdo con la pocas concesiones que hace la Casa Rosada en términos de fondos, pero cerca de varios de ellos afirman que las alianzas electorales “son otro cantar”.

Para la cuestión de los vetos, en la Casa Rosada confían en la colaboración del sanjuanino Marcelo Orrego -a través de sus diputados de Producción y Trabajo– y creen que pueden negociar por el sentido del voto de los cuatro diputados de Innovación Federal, que responden a las órdenes del dúctil exgobernador misionero Carlos Rovira.

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