LA SOCIEDAD TUCUMANA FRENTE AL DESAFÍO DE INCENTIVAR LA VACUNACION

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La vacunación de adolescentes en la provincia está en descenso. Los especialistas advierten que, aunque se sostienen los esfuerzos realizados por parte de los organismos provinciales y nacionales para mejorar las tasas de cobertura, se trata de una tendencia que se replica en todo el país

De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Salud de la Nación, las tasas de cobertura de vacunación a los 11 años en Tucumán no alcanzan los niveles recomendados por organizaciones internacionales como la OMS. Si bien la provincia presenta niveles superiores al promedio nacional en la mayoría de las dosis correspondientes a los esquemas primarios y en los refuerzos que se dan a los 5 años, las que se aplican en la adolescencia muestran un descenso significativo, una tendencia que se replica en otras regiones del país1. En consecuencia, muchos jóvenes están desprotegidos de afecciones como el Virus del Papiloma Humano (VPH), el meningococo, la difteria, el tétanos y la tos convulsa.

Este escenario se enmarca en un contexto nacional que muestra dificultades para alcanzar las metas de cobertura que, tal como afirman la OMS y Unicef, se estancaron en 20232. Por otro lado, según el Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas (ICAV) de la Fundación Bunge y Born, si bien se registró una mejora interanual en la confianza y el acceso percibidos, estos indicadores aún no alcanzan los niveles previos a la pandemia de Covid-193.

“A medida que los chicos crecen, el contacto con el médico se vuelve menos frecuente. Esto contribuye a que los esquemas queden incompletos o, como es el caso de las vacunas de los 11 años, sean pasadas por alto. Por eso es clave que la familia y la escuela no pierdan de vista la importancia de vacunarse”, explica María Cecilia Torroija, directora asociada de Asuntos Médicos en MSD.

De acuerdo con el Registro Federal de Vacunación Nominalizado (NOMIVAC), mientras que las primeras dosis de meningococo que se aplican a los 3 y 5 meses superan el 83% de cobertura en la provincia, la dosis aplicada a los 11 años apenas alcanza el 51,38%1. En cuanto a la vacuna triple bacteriana acelular, la tasa de cobertura llega al 56,07%1. Por su parte, los especialistas han puesto la lupa en la baja protección contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) que ha registrado Tucumán, que es del 60% en las mujeres, mientras que en los hombres ha sido del 56%, porcentajes que corresponden a la primera dosis1. “Hay muchos adolescentes que no se están aplicando esta vacuna que es clave para la prevención de ciertos tipos de cáncer, junto a otros métodos, como la educación sexual y el uso del preservativo. El momento ideal para la vacunación es antes de la exposición al virus, es decir, antes del inicio de la actividad sexual”, amplía Torroija.

El VPH, una de las principales causas de cáncer

El Virus del Papiloma Humano es la infección de transmisión sexual más frecuente en el mundo: se estima que cuatro de cada cinco personas lo contraerán en algún momento de sus vidas. Aunque existen más de cien tipos de VPH, aproximadamente 40 de ellos pueden afectar la zona genital o anal4. La transmisión ocurre principalmente a través del contacto con piel y mucosas, como el que se produce durante cualquier tipo de relación sexual y basta un solo contacto para adquirir la infección6.

No se transmite, como se ha creído erróneamente, por compartir objetos ni por el uso de baños públicos6 .En la mayoría de los casos, la infección desaparece por sí sola, pero en algunos casos la infección puede persistir y provocar distintos tipos de cáncer6.

Se estima que el 99% de los casos de cáncer cervicouterino (CCU) están vinculados al VPH7 y, según datos del Observatorio Global del Cáncer, es el tercer cáncer más frecuente en mujeres y la cuarta causa de mortalidad por cáncer en mujeres jóvenes en el país8.

También se pueden generar otros tipos de cáncer relacionados con el virus, como el de ano, vagina y vulva5.Aunque no existe un tratamiento específico para eliminar el virus, sí hay formas de prevenirlo y de detectar sus consecuencias en etapas tempranas. En este sentido, la educación sexual integral (ESI), los controles ginecológicos de rutina y la vacunación cumplen un rol central. Cabe destacar que, si bien el uso correcto del preservativo no brinda una protección total, continúa siendo una medida fundamental frente a las infecciones de transmisión sexual. Además, los chequeos ginecológicos de rutina como el test de VPH –recomendado a partir de los 30 años– y el Papanicolau (PAP) permiten detectar lesiones precancerosas a tiempo6.

“Argentina cuenta con un calendario de vacunación robusto y gratuito, lo que facilita el acceso a ellas. Es fundamental que cada familia y los profesionales de la salud lo sigan de cerca, prestando especial atención a las edades de aplicación de cada vacuna. Además, es importante revisar el carné de vacunación y asegurarse de estar al día cada vez que se presente la oportunidad. Incluso con los adolescentes, que aunque tienen más autonomía, en cuestiones de prevención siempre es importante acompañarlos”, reflexiona Torroija.

  • Promover la vacunación, garantizar el acceso, reforzar el seguimiento y sostener políticas de prevención integrales son acciones clave para evitar enfermedades prevenibles y sus consecuencias. Si bien la tasa de cobertura en Tucumán supera en mayor o menor medida a la media nacional, la brecha que se genera en los adolescentes requiere continuar con el trabajo de concientización.

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